La tumba de Ricardito


               

La tumba de Ricardito se localiza en el lote 498, frente al cuartel Buen Pastor; por la puerta cuatro. Comparte con su padre el mismo lote que, si bien no es de grandes consideraciones, llama la atención precisamente por la exquisita escultura de estilo realista, elaborada por manos anónimas italianas en mármol blanco, de un niño de seis años en tamaño natural, vestido con traje de marinerito, donde los detalles de bordados y zapatos hablan de ascendencia social.  De pie, con el brazo derecho recostado, el hermoso rostro con cabellos rizados, mira benevolente e impávido a sus numerosos creyentes. 
Sobre la vida del pequeño se conoce poco y tampoco es necesario, pues es un niño, un angelito quien bajo el misterio de una apariencia inocente se convierte en una fuerza superior.  Los devotos, a través de él, presienten un nuevo poder que los obliga a detenerse a sus pies para suplicarle que sus deseos se conviertan en realidad.


bueno nadie  sabe por qué o cómo fue que comenzó a surgir el mito de la santidad del niño, lo cierto es que hoy en día decenas de personas ingresan semanalmente por la puerta cuatro del cementerio para acercarse a la cripta de Ricardito, algunos para dejarle alguna carta contándole en ella sus pesares y pidiéndoles por un milagro, y otros, para dejarle diversos tipo de juguetes, como una manera de agradecimiento por los favores que supuestamente fueron concedidos.
Entre los pedidos más comunes a este Santo popular, están aquellos vinculados con la economía y el trabajo, debido a ello, Ricardito es conocido también como el Santo de los “Cachuelos” o el de los trabajos temporales.
 

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