Sala de Sesiones del Senado Nacional: Es la sala principal
del local. es a mediados del siglo XVIII. Durante la Colonia fue utilizada
como Sala de Audiencias por el Tribunal de la Inquisición y en la etapa
republicana como Sala de Sesiones del Senado Nacional, el escenario del debate
de las sesiones plenarias de la Cámara. Se denomina Senado a la Cámara Alta del Cuerpo Legislativo
de los Parlamentos bicamerales de algunos países. El Senado romano fue la
primera institución de este tipo. Surgió como una institución consultiva de la
monarquía romana, formada por integrantes del grupo social privilegiado.
Inicialmente lo constituían 30 patricios (un representante de cada gens), luego
300, aunque llegó a tener hasta 900 miembros. Adquirió mayores prerrogativas
con la República, cuando pasó a refrendar los actos de los cónsules y
otros magistrados. Tenía atribuciones en temas religiosos, conflictos entre
magistrados, policía, crímenes con pena capital cuando esta era conmutada,
cuestiones militares y financieras y tratados internacionales.
En el Tribunal limeño fue establecido el 25 de enero
de 1569 por Real Cédula del Rey Felipe II . No era sino una filial distrital
del Consejo de la Suprema y General Inquisición española. Tenía como objetivo
combatir las herejías, es decir, los errores en materia de fe sostenidos con
pertinacia. Los personajes sentados, un calificador (izquierda) y al fiscal
(derecha); mientras que el que está de pie cumple el rol del acusado.
Al ser nombrado Virrey Francisco de Toledo, propuso al Rey
la designación del doctor Andrés de Bustamante y el licenciado Serván de
Cerezuela como inquisidores. .
Bueno los juicios no tenían una duración predeterminada y
consistían en una serie de audiencias, que se realizaban en esta sala, a las
cuales se sometía al procesado con la intención de llegar a determinar sus
responsabilidades. El fiscal acusaba al sospechoso en términos genéricos, sin
precisar en ningún momento hechos o circunstancias que le hicieran conocer la
identidad de sus acusadores. Las denuncias eran cuidadosamente revisadas por
los inquisidores, quienes, generalmente consultaban el caso con los
calificadores -especie de asesores con los que contaba el Tribunal- quienes
hacían el papel de instancia previa al inicio del proceso inquisitorial y su
fallo podía dar lugar a archivar el expedienté. En este caso, quedaban la
denuncia y lo actuado en una especie de suspensión indefinida, que podría ser
resuelta en el futuro, ante una nueva denuncia o reiteración de las anteriores
así como en el caso de la presentación de pruebas o testimonios adicionales.
En esta sala encontramos un hermoso artesonado de estilo
rococó, compuesto por más de 30,000 piezas, cada una de las cuales está llena
de finísimos detalles. El diseño y la confección del artesonado se realizaron
durante la segunda mitad del siglo XVIII, formando parte de la reconstrucción
del local que había sido destruido por el terremoto de 1746. La obra fue
dirigida por Juan Cristóbal de Vargas y Juan José Salinas, quienes reunieron a
los mejores artesanos y talladores de la época.
Cámara
de Tormentos: Durante el juicio
los acusados hubiesen entrado en contradicciones en sus declaraciones bajo juramento y, por ende, cometido perjurio; y los supuestos delitos se consideraban graves, los inquisidores ordenarían su sometimiento a tormento para obtener su confesión. Entre los instrumentos de tortura utilizados por la Inquisición los principales fueron:
los acusados hubiesen entrado en contradicciones en sus declaraciones bajo juramento y, por ende, cometido perjurio; y los supuestos delitos se consideraban graves, los inquisidores ordenarían su sometimiento a tormento para obtener su confesión. Entre los instrumentos de tortura utilizados por la Inquisición los principales fueron:
La garrucha: esto consistía en sujetar al reo con los brazos en la espalda, mediante una soga movida por una garrucha y subirlo lentamente. Cuando se encontraba a determinada altura se le soltaba de manera brusca, deteniéndolo abruptamente antes de que tocase el piso.
El potro: ellos colocaban al preso sobre una mesa, amarrándole sus extremidades con sogas unidas a una rueda. Esta, al ser girada poco a poco, las iba estirando en sentido contrario, causando un terrible dolor.
El castigo del agua: estando el procesado totalmente inmovilizado sobre una mesa de madera le colocaban una toca o un trapo en la boca deslizándolos, en cada caso, hasta la garganta. Luego el verdugo procedía a echar agua lentamente, produciendo al preso la sensación de ahogo.
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